sábado, 8 de septiembre de 2012

En alas del poema














Amanece

Amanece en la colina calma,
la ciudad ruge en su batalla sorda
un hombre pasea al perro
que ladra a su sombra,
palmeras muertas tejen la calle
no hay paz en las nubes
demasiado temprano para vivir
demasiado tarde para amarte.

Amanece en la colina
hay tormenta en el Norte
la ciudad ya trajina en su colmena
y deja de alumbrar a sus muertos,
demasiado pronto para que vuelvas
el poema cabalga raudo hacia el mar.

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